Y la tranquilidad de saber que no debes sufrir por nada

El día que conocí a mi marido, poco consciente era que el día de mañana no tendría que preocuparme nunca más por mi salud. Y es que en mi familia política, la gran mayoría de sus miembros, pertenecen al ramo de la sanidad.

Mis suegros son enfermeros los dos y fisioterapeutas. Mi suegro trabajó, hasta llegar a la jubilación, en uno de los mejores hospitales de Barcelona como enfermero en la planta de diálisis. Mi suegra, el padre de la cual ya era enfermero, se contagió de la vocación de su padre y de su marido, y obtuvo su licenciatura en enfermería siendo madre ya de mis dos cuñadas.

Pero, sin duda, su apogeo profesional (el de ambos) vino cuando abrieron dos centros médicos privados en su ciudad con médicos especializados en varios campos. Sería allí, precisamente, cuando años más tarde, mi cuñada, conocería a su futuro marido y padre de sus hijas.

Carlos es médico de familia y descendiente también de familia de rama médica. Su padre era pediatra, y sus tíos y primos también son médicos o cirujanos. Todos ellos, ejercen, sin embargo en la sanidad privada. Así que esta es la primera opción que se escoge en la familia cuando surge alguna incidencia médica.

Sin embargo es un gran alivio saber que puedes contar con un médico de urgencia 24 horas al día, y que no hace falta pagar nada de dinero porque es tu cuñado de máxima confianza a quien puedes preguntar. Eso, añadido a que su padre era pediatra y te puede resolver cualquier duda acerca de la salud de tus hijas, tiene mayor significado aún.

Hace unos meses, cuando el pediatra de mi hija pequeña nos pidió unos análisis clínicos a consecuencia de una súbita pérdida de peso de la niña, los resultados pasaron en primer lugar por las manos de Carlos, que nos tranquilizó totalmente. Por suerte, la opinión del pediatra de la niña fue exactamente la misma.

Pero bueno, no todo el mundo tiene una familia de médicos y enfermeros como yo. Para aquellos que no la tienen, los servicios médicos de muchas aseguradoras, también cuentan con un servicio de médico de urgencia 24 horas. Vía telefónica, te pueden resolver un montón de dudas sobre resultados de análisis clínicos o síntomas de algunas enfermedades comunes (gripes, resfriados, etc.). Incluso en algunas mutuas, se ofrece un servicio de segunda opinión médica; especialmente para aquellos casos en que los diagnósticos de algunas enfermedades no están especialmente claros. Y la verdad es que valen mucho la pena.